Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

 

Luis Bernal Tavares, Vicente Lombardo Toledano y Miguel Alemán:
una bifurcación de la Revolución Mexicana,
México, Centro de Estudios
e Investigación para el Desarrollo Social-Universidad Nacional
Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 1994, 199 p.

Enrique Plasencia de la Parra


En los últimos años se ha dado un cambio significativo en el quehacer historiográfico. La larga duración, las permanencias históricas, el pasado más remoto, todas ellas privilegiadas por la escuela de los Annales, han cedido el paso a la antes tan criticada historia événementielle, a las rupturas históricas y al estudio del pasado más reciente, que antes se dejaba en manos de sociólogos y periodistas.

Dentro de este cambio encontramos una vuelta a lo biográfico, o al predominio del papel del individuo en la historia. Miembros distinguidos de los Annales, escuela que se había pronunciado en contra del género biográfico, han publicado recientemente (o preparan) biografías: de Petain, por Marc Ferro; de San Luis Rey, por Jacques Le Goff, y de Calvino, por Pierre Chaunu.

En México, el más destacado abogado de la biografía ha sido Enrique Krauze con su Caudillos culturales en la Revolución Mexicana y sus Biografías del poder. Es precisamente en la primera obra donde Krauze recrea las Vidas paralelas, de Plutarco, para ofrecernos una disección sobre la vida y obra de Manuel Gómez Morín y Vicente Lombardo Toledano, valiéndose de una metodología generacional.

Otro gran discípulo de Plutarco es Luis Bernal Tavares, quien, con su Vicente Lombardo Toledano y Miguel Alemán: una bifurcación de la Revolución Mexicana, nos presenta una biografía comparativa de estos dos personajes fundamentales del México posrevolucionario, y cuya huella persiste hasta nuestros días. A través del libro de Bernal, vemos cómo las circunstancias familiares fueron definiendo la personalidad de ambos políticos. Miguel Alemán fue pragmático y desde joven hábil en los negocios, pues su padre siempre estaba en campaña y siempre del lado de los derrotados. Su hijo haría exactamente lo contrario. Lombardo, en cambio, soñador e inclinado a los grandes ideales, disfrutó de una niñez llena de comodidades. Para ambos fue de gran importancia su paso por la Escuela Nacional Preparatoria; para Lombardo por las enseñanzas de Antonio Caso, que constituyeron una auténtica filosofía de vida, y para Alemán por el grupo de amigos que ahí formó y la decisión de escalar juntos las más altas esferas del poder.

Para Antonio Caso, en su ensayo La existencia como economía, como desinterés y como caridad, el Porfiriato encarnó la existencia como economía, olvidando lo humano, y con esta ausencia la virtud que Caso buscaba impulsar en sus condiscípulos: la caridad. Luis Bernal se vale de estas concepciones "casistas" para definir más precisamente, o más bien para evocar los rasgos distintivos de sus biografiados. Para él, Lombardo encarnará la existencia como caridad y Alemán será el representante más acabado de la existencia como economía. Uno verá la vida como un apostolado para redimir a la clase trabajadora. El otro verá en los negocios el mejor medio para alcanzar el poder político y desde éste impulsar la modernización del país.

Una vez que estableció estas diferencias, el autor nos muestra las vías paralelas que ambos siguieron. Destaca el papel que tuvo el "apóstol" Lombardo en los grandes momentos del cardenismo: la fundación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el reparto agrario en La Laguna, la transformación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en un partido de masas (el Partido de la Revolución Mexicana) y la expropiación petrolera. En esta última también tiene un papel importante el joven gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, quien encabezó el bloque de gobernadores que apoyaron el decreto presidencial del 18 de marzo. Alemán llegó a gobernar su estado con una política modernizadora y, sin olvidar la promesa de su juventud, llamó a sus compañeros de generación a colaborar en su administración.

En el trance de la sucesión presidencial de 1940, ambos se fueron con el "bueno": Manuel Ávila Camacho. Durante su régimen, Lombardo dejó la secretaría general de la CTM en manos de Fidel Velázquez, con la confianza de que esta organización obrera marcharía sin su fundador, y que las camarillas que medraban en ésta serían desterradas por su flamante secretario general. Y, efectivamente -nos dice Luis Bernal, provocando la sonrisa en el lector- "la CTM no era Lombardo, ni arraigó en ella el lombardismo. Pero, craso error del líder poblano, la CTM sí sería Fidel Velázquez, y por muchos años las camarillas que tanto combatió se volverían la forma de funcionamiento de la central" (p. 110).

Menos ingenuo, y sobre todo discreto en la palabra, resultó Miguel Alemán como secretario de Gobernación durante la presidencia de Ávila Camacho, conciliando y resolviendo los problemas que pudieran lastimar la figura presidencial. Uno con la palabra y el otro con la acción, ambos fueron -según Bernal- "hombres del presidente", y como tales arroparon y protegieron la institución política fundamental del México posrevolucionario: el presidencialismo.

Cuando Alemán llegó a la presidencia, en diciembre de 1946, se destacaba en la prensa nacional las que se considerarían sus mejores prendas: su juventud, el que fuera un civil y su preparación universitaria. En palabras de Lombardo, era el "cachorro de Cárdenas y de Ávila Camacho". Esta etiqueta que le pone Lombardo -señala acertadamente el autor- llevaba el propósito oculto de poder manejarlo fácilmente, sin prever que el cachorro "sacaría las garras". En cambio, Lombardo se concebía él mismo como el centinela atento de la ruta de la Revolución, de que ésta no detuviese su marcha o se desviara. Y sobre el camino que debía seguir ésta, coincidían tanto el cachorro como el centinela: la modernización del país, a través de su industrialización, con un México cada vez más urbano y menos rural. Pero aunque había coincidencias en el fin, no las había en los medios para lograrlo, y por esta razón finalmente se dio la ruptura, la cual significó la bifurcación de la Revolución Mexicana. La Guerra Fría ocasionó que en México, al igual que en el resto de América Latina, se diera un creciente rechazo a todo lo que oliera a marxismo, comunismo o estalinismo. A pesar de este contexto totalmente adverso, Lombardo buscó formar un nuevo partido que, según él, serviría de contrapeso al PRI -gobierno y al cual se afiliarían los contingentes de la CTM, cosa que por supuesto nunca ocurrió. Al formar el Partido Popular, "el filósofo y líder poblano se había autoexpulsado del PRI" (p. 186).

Más allá de las distinciones ideológicas entre un Lombardo de izquierda y un Alemán de derecha -que como señala el autor son términos que actualmente se relativizan y diluyen cada vez más-, están las coincidencias sobre la modernización del país, pero también en ambos está ausente una auténtica vocación democrática: "Esto es fundamental -concluye Bernal-; sin un verdadero sistema democrático, pasarán muchos años antes de que nos podamos jactar de vivir en una nación moderna. Es algo que Alemán y Lombardo nos debieron y que, muchos después de ellos, nos siguen adeudando" (p. 190).

Las obras de Luis Bernal nos presentan a dos hombres paradigmáticos del México posrevolucionario, y, a través de ellos, nos ofrecen una magnífica historia de la transformación del sistema político mexicano. Además, su autor capta con ingenio y agudeza los rasgos fundamentales de estos personajes. Para concluir, menciono dos ejemplos ilustrativos de ello: la religiosidad que destila la vida de Lombardo Toledano la compara con lo que sería posteriormente la teología de la liberación. Por otro lado, la personalidad de Miguel Alemán no puede comprenderse cabalmente si no tomamos en cuenta que la buena fortuna siempre estuvo de su lado, materializada en la muerte como su principal aliada política: siendo diputado suplente murió el propietario, pudiendo él ocupar el escaño, y, sobre todo, la muerte de Maximino Ávila Camacho le abrió las puertas de la candidatura presidencial.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute y Martha Beatriz Loyo (editores) México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 17, 1996, p. 205-208.

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