Manuel Ortuño Martínez, Xavier Mina; guerrillero, liberal, insurgente.
Ensayo biobibliográfico, prólogo de María Cruz Mina, Pamplona,
Universidad Pública de Navarra, 2000, 428 p. (Historia, 5).
Martha Ilián Salgado Ábrego
Manuel Ortuño Martínez, licenciado en Ciencia Política y doctor en Historia de América por la Universidad Complutense, fue profesor titular de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, en la que residió largos años. Durante su estancia en México, el autor se encontró con un personaje de origen navarro que da nombre a calles, escuelas, parques y cuyos restos descansan en el panteón de la Columna de la Independencia, pero que para sus compatriotas era, si no un traidor, un perfecto desconocido.
De la curiosidad intelectual y partiendo de la pregunta ¿a qué se debe el olvido de Xavier Mina en España? surgió esta excelente investigación, ejemplo de preocupación por el rigor y la verdad históricos, que se ciñe al documento y mantiene un continuo diálogo crítico con las fuentes bibliográficas, combinando el relato con el debate historiográfico sobre los hechos. Haciendo gala de un amplísimo conocimiento de la historiografía sobre el tema y tomando como hilo conductor la vida de Mina, el autor nos inserta en el contexto internacional del liberalismo de principios del siglo XIX, rescatando la figura de este nuestro héroe nacional para la historia española y, más concretamente, para la historia navarra.
Para la historiografía nacionalista española, Xavier Mina es un traidor, cuya intervención en la guerra de liberación de la colonia novohispana fue motivo para que su tío, el general Francisco Espoz, repudiara su actuación y lo desconociera públicamente; que de la Corte española, a través de sus escribanos, difundiera la "maléfica y malintencionada actuación de Mina", así como el informe en que el virrey Apodaca lo proclamara "traidor a la Corona y a la patria", títulos con los que se le registró en la historia española y que provocó su delego al olvido. Pero, para Manuel Ortuño, Mina no traicionó a España, todo lo contrario, buscó liberarla. Desde América, Mina se enfrentó a Fernando VII con la intención de provocar cambios institucionales favorables a la recuperación de las libertades, la reorganización de la monarquía, la autonomía territorial, el reconocimiento de las diferencias y un sistema económico acorde con las exigencias de la época: el libre comercio y la libertad económica y social. Con ello buscó redimir a España del atraso político y económico que representaba el absolutismo de Fernando VII, para insertarla en la vanguardia de la comunidad internacional. Podría decirse que Ortuño fue seducido por este "mozo de buena figura, de cinco pies y siete pulgadas, con carácter caballeroso y gentil", pues nos deja entrever su enorme admiración por su biografiado.
El manejo que hace de las fuentes consultadas es impresionante, en su búsqueda de la última frontera entre la verdad y el mito es capaz de la revisión exhaustiva y metódica de toda la producción historiográfica sobre el tema, desde los primeros escritos que registran el suceso hasta la nota de una reciente tesis de maestría. Lleva de la mano al lector en su revisión historiográfica, buscando el origen de las informaciones correctas e incorrectas, muchas de las cuales se repiten de historiador en historiador para, con gran orgullo, después de una dura crítica y del cotejo con las fuentes primarias, señalarnos los textos que él considera históricamente correctos. Una vez valorada la historiografía sobre el tema, el autor utiliza ciertos trabajos, de los que reproduce fielmente algunos fragmentos, para reconstruir los pasos de Xavier Mina. Entre los estudiosos más citados por nuestro autor se encuentran: Martín Luis Guzmán, José María Miquel i Vergès, Carlos María de Bustamante, Lucas Alamán y Lorenzo de Zavala, y de los contemporáneos, Guadalupe Jiménez Codinach y Verónica Zárate. De diversos archivos norteamericanos y mexicanos, rescata varios manuscritos redactados por testigos presenciales, así como correspondencia personal de Xavier Mina, mismos que transcribe literalmente y sin traducción, para ponernos de frente a quien vivió los hechos. Cabe decir que la reproducción íntegra de buena parte de los documentos, principalmente de la correspondencia personal de Xavier Mina, rescatada del Archivo Nacional de París y del Public Record Office de Londres, si bien puede hacer perder el hilo de la narración, proporciona la emoción de la lectura directa, sin intermediación que selecciona e interpreta, ni siquiera traducción, que a veces traiciona, pero que para quien carece del manejo del inglés o del francés puede llegar a ser frustrante. Los comentarios, que no conclusiones, que siguen a los documentos dan pauta para interpretaciones propias del lector. Además de aportarnos su visión acerca del general Mina, nos invita a revisar y a reflexionar acerca del concepto que sobre él se tiene en la historiografía mexicana.
El cuerpo del libro está dividido en tres grandes partes. En la primera, Mina guerrillero, se hace un detenido análisis de los primeros años de nuestro personaje, su intervención en la guerra de independencia española en contra de los franceses y su encierro en el castillo de Vincennes, donde conoció al general Víctor de Lahorie, su mentor en el arte de la guerra. En la segunda, Mina liberal, que abarca el exilio francés, el exilio inglés, es en donde entra en contacto con la Holland House, los liberales españoles en exilio y con un dominico exclaustrado perseguido por sus ideas subversivas: fray Servando Teresa de Mier. En este escenario es en el que se forja la expedición en favor de la liberación de la América española apoyada por el gobierno inglés y varios comerciantes. En su afán por mostrarnos a un Mina de dura ideología liberal, el autor se inclina hacia la influencia intelectual que sobre el biografiado tiene el círculo de la Holland House y los whigs ingleses a quienes considera determinantes, aún más que a los liberales españoles en el exilio o el padre Teresa de Mier. También deja un poco de lado el aspecto humano de este guerrero navarro que, después de luchar duramente contra la invasión francesa, en favor de la libertad, la Constitución de Cádiz y el regreso al poder de Fernando VII, a quien consideraba un buen gobernante, se ve traicionado, perseguido y exiliado por el mismo Fernando VII. La tercera, Mina insurgente, inicia con el paso del navarro por tierras estadounidenses, donde recibe apoyo de comerciantes y del gobierno norteamericano para el fortalecimiento de la expedición, con materiales y hombres; continúa con la entrevista con Simón Bolívar en Puerto Príncipe y cierra con la etapa cumbre del biografiado. Por un lado expone el pensamiento liberal de Xavier Mina reflejado en sus Proclamas y por otro nos lo muestra haciendo alarde de su genio militar y estrategia, al entrar en territorio nacional mexicano, enfrentándose al ejército realista en una breve pero intensa campaña de tan sólo siete meses, aportando al movimiento insurgente brío y confianza para continuar la lucha, culminando de manera dramática el 11 de noviembre de 1817 cuando Mina es fusilado de espaldas, como traidor a la patria. Tenía entonces 28 años de edad.
Xavier Mina, de Manuel Ortuño, es una obra erudita, de consulta obligada para todo aquel interesado en esta figura navarra que sigue atrayendo a los historiadores nacionales y extranjeros.
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Martha Beatriz Loyo (editora), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 22, 2001, p. 137-140.
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