José Luis Orozco, De teólogos, pragmáticos y geopolíticos.
Aproximación al globalismo norteamericano, México,
Universidad Nacional Autónoma de México-Gedisa, 2001.
Marcela Terrazas y Basante
Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México
De teólogos, pragmáticos y geopolíticos. Aproximación al globalismo norteamericano sale a la luz pública en un momento en el que el orden internacional, la paz del planeta y la organización mundial creada para preservarla se encuentran seriamente amenazadas; cuando los Estados Unidos se disponen a invadir Irak. Quizá por eso llama la atención la vigencia y oportunidad de las ideas expuestas en este estudio. Empero, la actualidad y la atingencia del libro no son casuales; tienen mucho que ver con el hecho -bien entendido por su autor- de que el orden internacional vigente posee viejas raíces a pesar de que una "ciencia" de cuño reciente pretenda presentarlo, explicarlo o, mejor dicho, justificarlo como "nuevo" y "global". La larga trayectoria de Orozco como estudioso del pensamiento político norteamericano lo ha llevado a la convicción de que el origen y la hondura de ese pensamiento deben rastrearse históricamente.
Conviene recordar que el politólogo y maestro universitario se ha ocupado desde hace ya casi un cuarto de siglo del pensamiento o la inteligibilidad política norteamericana. Se ha ocupado de un "pensamiento académico que hacía las veces de pensamiento político que simplifica, enreda y oculta bajo su aparente rigor cognoscitivo la realidad intelectiva y política. Hoy vuelve sobre el tema. Lo hace cuando aquella "pequeña ciencia" -como llama al pensamiento político estadounidense- domina los foros internacionales; lo hace desde la óptica de la historia de las ideas políticas, buscando trascender el tratamiento académico que ha conformado la disciplina de las relaciones internacionales a partir de la globalización.
El momento elegido por Orozco para reflexionar una vez más sobre las ideas políticas norteamericanas se presenta tras la caída del muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría; cuando cayeron en desuso categorías como colonialismo, expansionismo, explotación, dependencia e imperialismo. Las sustituyeron otras de naturaleza "amable y respetable" como contratos, privatizaciones, flujos globales de capital y algunas similares. Éstas crean un "pluriverso inocuo, donde la desigualdad no encuentra cabida", pero sí hay lugar para "el juego del mercado político donde todos ganan". Estas ciencias sociales norteamericanas -nos hace ver el estudioso- echan por tierra la metanarrativa de la filosofía de la historia; se deshacen de los fantasmas de la filosofía política, del Estado, de la nación y de la soberanía. Generan sus propios parámetros para ver la competencia y el conflicto a través de la lente de la hegemonía material, donde el dominio político y la "fuerza" no aparecen de forma explícita. En esta pequeña ciencia surgen las categorías de rational choice y public policy que acaban con la historia y la política nacional propia y ajena.
El trabajo de Orozco se ocupa de personajes que en momentos históricos determinantes "orientaron y configuraron la estructura [estadounidense] antes de y al margen de las teorías académicas". En este escenario de globalización la Unión Americana surge como garante del fair play de la competencia y la preservación de su seguridad nacional es condición indispensable de la estabilidad mundial; la Realpolitik parece casi inofensiva en este contexto. La pequeña ciencia -advierte Orozco- desconoce a los teólogos, los pragmáticos y los geopolíticos que a lo largo de la historia de los Estados Unidos demandaron acrecentar la presencia, la estrategia y el uso de la fuerza. Al recuperar sus testimonios, el autor priva a los nuevos paradigmas de su carácter de generación espontánea y rastrea la genealogía del pensamiento imperial.
De teólogos, pragmáticos y geopolíticos nos muestra cómo el papel de Estados Unidos se concreta, en el marco de la globalización, a asegurar la supuesta equidad de la competencia del libre mercado mundial. No sólo eso, su seguridad nacional toma el rango de condición indispensable para la estabilidad internacional. Destaca que, en este contexto, los modelos "cuasi matemáticos" como el de Pareto, "el juego del prisionero", junto con otros modelos analíticos en boga, pretenden explicar y predecir el comportamiento de mercados y naciones. Exhibe la forma en la que los principios de la Realpolitik, conciben el interés nacional como el motor principal de la política externa de los países. El estudioso porfía en remitirse a teólogos, pragmáticos y geopolíticos como los pensadores que históricamente, desde la conformación de los Estados Unidos, preconizaron la urgencia de imponer la presencia y de instrumentar las estrategias y el uso de la fuerza de la joven nación, a pesar de que este ejercicio "enturbie" la claridad de "la buena disciplina de las relaciones internacionales". Ésta -subraya el estudio- ha omitido o desconocido los procesos históricos en donde aparecen despojos territoriales y hegemonías financieras, y reconoce únicamente transacciones donde el conflicto es provocado por quienes desafían las "reglas del juego"; pretende convencernos de que el libre mercado mundial sólo puede sustentarse en la seguridad nacional norteamericana que pone fin a la anarquía y asegura el libre flujo comercial a través del orden político (democrático) y militar instaurado por Washington y el Pentágono. El trabajo destaca que esta óptica visualiza al derecho, a la ética y a las políticas fincadas en principios como posiciones idealistas que desconocen la "cientificidad" del realismo norteamericano, de un realismo necesario para el funcionamiento eficaz del mercado. Sostiene que este hecho sólo puede ser comprendido a través del estudio de los teóricos, los pragmáticos y los geoestrategas que participaron en momentos clave de "la configuración norteamericana del poder mundial", pues son ellos quienes nos presentan las primicias de la nación transnacional.
El autor estudia el "realismo corporativo", aquella política diseñada por y para los grandes trusts, los cuales definen las políticas estatales y militares con la anuencia complaciente de las elites. Procura abrir un resquicio en el anonimato en que permanece plácidamente el sector corporativo y trata de descifrar la mecánica por la que el Estado -en aras de la seguridad nacional- se convierte en una instancia técnica y militar al margen del control y la supervisión de la sociedad. Asimismo devela y denuncia a la "ciencia adecuada" que impone modalidades de análisis político que están enlazadas con la empresa transnacional y que es capaz de determinar la vigencia de principios y así convertir en "fórmulas universales" el corporativismo, el pragmatismo y el etnocentrismo en los que se fundamenta. Considera que esa ciencia adecuada y la academia norteamericana encubridora han callado la voz de quienes estuvieron en la escena misma del expansionismo. Son las voces y los testimonios de teólogos, pragmáticos y geopolíticos los que José Luis Orozco rescata en este volumen para mostrar la trayectoria y las raíces del globalismo norteamericano.
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Marcela Terrazas y Basante (editora), Alfredo Ávila (editor asociado), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 25, 2003,
p. 181-184.
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