Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

LAS LETRAS Y LAS ARMAS EN LA OBRA
MÉXICO: SU EVOLUCIÓN SOCIAL

Benjamín Flores Hernández


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LA COLABORACIÓN DE BERNARDO REYES

El general Bernardo Reyes

A principios de 1900 Porfirio Díaz decidió llamar a Bernardo Reyes, a la sazón gobernador de Nuevo León, para que colaborara con él como su secretario de Guerra, en tal puesto permaneció hasta el 24 de diciembre de 1902. Así pues, don Bernardo -general de División desde el 2 de febrero del propio 1900- ocupaba este ministerio cuando fue publicado su ensayo de "El ejército nacional”, cuarta parte de México: su evolución social. Seguramente su posición le resultó muy útil para la obtención de buena parte de los datos que le sirvieron para redactar su texto.

Bernardo Reyes había nacido en Guadalajara, Jalisco, el 20 de agosto de 1849. Sus intereses iniciales lo inclinaban hacia la ciencia, empero en 1864 ingresó al ejército republicano en calidad de voluntario. Capturado en Michoacán, gracias a su corta edad pronto recuperó la libertad. Dos años después regresó a la lucha, uniéndose a las fuerzas que peleaban bajo las órdenes del general Leocadio Solís. Sirvió con Nicolás de Régules y con Ramón Corona. El 8 de octubre de 1866 obtuvo el grado de teniente por su actuación en Calvillo. En 1872 intervino en la derrota de Lozada en La Mojonera. Sus méritos en el combate de Santiago Ixcuintla le valieron su ascenso a teniente coronel. A los treinta años de edad llegó a general. Hacia 1885 se halló de comandante militar de Nuevo León; del 12 de diciembre de dicho año al 3 de octubre de 1887 desempeñó el cargo de gobernador provisional de tal estado. En 1889 reasumió la gubernatura neolonesa y en ella quedó, salvo unos cuantos días de 1896 en que fungió como oficial mayor de la Secretaría de Guerra, hasta 1900. Es el promotor del desarrollo industrial de Monterrey.

Siendo secretario de Guerra, se dedicó con todo ahínco al impulso y organización del ejército nacional; su obra más importante fue la creación de la segunda reserva, grupo de voluntarios civiles adiestrados militarmente. La formación de este cuerpo le hizo alcanzar una gran popularidad. Tras su salida del Ministerio de Guerra, el 4 de octubre de 1903 volvió a ejercer los poderes de Nuevo León, los cuales desempeñó hasta 1909. Por entonces gozó del máximo prestigio, y se fundaron varios clubes políticos que postularon su candidatura a la vicepresidencia del país. Porfirio Díaz, que apoyaba la candidatura vicepresidencial de Ramón Corral, aprovechó su indecisión para enviarlo a Europa en noviembre del mismo 1909, supuestamente con una misión oficial. Iniciada la Revolución de 1910, después de mucho titubear, Díaz lo mandó llamar para sofocar la revuelta, empero la noticia del convenio de ciudad Juárez lo sorprendió en La Habana. Después de un intento de arreglo con Madero, presentó su candidatura al ejecutivo nacional. Como los revolucionarios lo consideraban miembro del antiguo régimen, no le permitieron realizar su campaña electoral. El 28 de septiembre de 1911 pasó a los Estados Unidos con el propósito de organizar una rebelión. Cruzó la frontera, pero una vez en territorio nacional se dio cuenta de que estaba completamente solo. El 26 de diciembre del propio 1911 se entregó a las autoridades de Linares. Se le condujo a la cárcel de Santiago Tlatelolco y se decidió someterlo a un consejo de guerra. Mientras esperaba el inicio de éste, la madrugada del 9 de febrero de 1913 fue puesto en libertad por los sublevados en contra de Madero. Murió acribillado ese mismo día, frente a Palacio Nacional, cuando intimaba la rendición de dicho edificio.

Aparte de su tratado sobre "El ejército nacional”, que comentamos, también escribió un Ensayo sobre un nuevo sistema de reclutamiento, 1885; una biografía de El general Porfirio Díaz, 1903, y unas Conversaciones militares, 1907.

Para resumir en unas cuantas palabras la personalidad del general Reyes, habremos de decir de él que fue, ante todo, un militar culto, buen administrador, pero cuyas pretensiones políticas estuvieron siempre destinadas al fracaso. Sin embargo, la posibilidad de su ascenso a la vicepresidencia del país, barajada en varias ocasiones entre 1898 y 1910, fue siempre considerada como una manera de sostener lo mejor del porfirismo incluso después de la desaparición de don Porfirio. Su indecisión y su apego exagerado a la persona y a las decisiones de Díaz, fueron lo que finalmente impidieron su desarrollo político independiente mientras duró el régimen porfirista. Derrotado éste, y una vez el poder en manos de los primeros hombres de la Revolución, la figura de Reyes perdió su significado como posibilidad de cambio dentro de lo establecido.

Análisis de "El ejército nacional

a) El historiógrafo

La estructura que da Bernardo Reyes a su estudio sobre "El ejército nacional” es la siguiente:

-Introducción
-Antes de la Conquista de México, y su consumación
-Época Virreinal
-Guerra de Independencia
-El Imperio y la República federal
-Anarquía
-Centralismo. Anarquía. Guerra con los Estados Unidos
-Restablecimiento de la Federación. Anarquía. Guerra contra los Estados Unidos
-Fin de la Federación. Dictadura. Revolución de Ayutla
-Constitución de 1857. Guerra de Reforma
-Sigue la guerra. Intervención europea
- La Intervención Francesa y el Imperio de Maximiliano
-Fin del Imperio de Maximiliano. Restauración de la República
-Últimos periodos de guerra civil. Afianzamiento de la paz
-Resumen. El ejército actual.
-Conclusión

Como se ve por la estructura que sigue, el trabajo de Reyes es, ante todo, un repaso de la historia de México; en él, procura hacer especial énfasis en el papel que ha tocado representar al ejército en cada momento de ella. No es el artículo sobre el que se trata, como parecería anunciar su título, un análisis de lo que es el ejército nacional en el momento en que él escribe: a este aspecto de la cuestión sólo se refiere en el parágrafo que titula "El ejército actual”. Tampoco es la suya una historia propiamente militar, en el sentido de dedicada a la evolución de la estrategia, al relato de acciones de guerra o a la narración de la pequeña historia del ejército. Es, antes que nada, una historia general de México, con una interpretación de ella muy del estilo de la que hace Sierra, en la que trata de determinar el lugar que ha ocupado el ejército dentro de ella. De todos modos, su condición de militar se transparenta en varios lugares de su obra, sobre todo, por su creencia en la importancia que ha de tener un buen ejército para salvaguardar el orden necesario para el progreso.

Desde un principio, Reyes justifica su método de hacer toda una historia de México para tratar su tema, desde la de los elementos raciales que conforman la nación mexicana, hasta la de los últimos tiempos, en que parece que ¡por fin!, el ejército ha de limitarse al cumplimiento de sus estrictas obligaciones:

Vamos a presentar al ejército mexicano, y tenemos que hablar de sus orígenes, de las razas que forman sus contingentes, de la sangre y de los nervios que concurrieron a dar vida al protoplasma, de los ideales que lo iluminaron, de la escuela de sus dolorosas experiencias y de las enseñanzas en que se ilustra.[ 61 ]

Por lo demás, México ha tenido una historia que se confunde con la de su ejército pues éste, durante mucho tiempo, se ha extralimitado de sus funciones, convirtiéndose en elemento de poder que en mucho determinó las vicisitudes políticas del país: "hay que admitir que la vida del ejército es la vida de México; la reseña de esa institución es una reseña nacional, dado que nuestro país ha sido esencialmente militar, hasta hace pocos lustros, en que, conquistada la paz, entró en una nueva era”.[ 62 ]

Son muy pocas las fuentes utilizadas para su trabajo que cita Bernardo Reyes. Sólo encontré referencias directas a la consulta de un libro: Apuntes históricos para la carrera militar del general Porfirio Díaz, de Ignacio M. Escudero. También se refiere concretamente a algunas leyes y decretos, pero no resulta fácil saber si éstos los consultó directamente o a través de alguna obra. Sin embargo, tanto por el tipo de datos que conoce como por la interpretación que les da, es casi seguro que su obra básica de consulta haya sido México a través de los siglos; es posible que también haya conocido, adelantándose, el texto de la colaboración de Justo Sierra al mismo México: su evolución social, para cuyo primer tomo él escribía. Por lo demás, debe recordarse que, siendo secretario de Guerra en el momento de redactar su artículo, tenía a la mano una enorme cantidad de información -misma que, en la actualidad, es casi de imposible acceso para el investigador-: cuando menos, todas las noticias que asienta al hablar de "El ejército actual” tienen la garantía de haber sido afirmadas por quien, precisamente, tenía a su cargo la organización de aquél.

Quede claro que el general Reyes no puede ser considerado como un historiador profesional; si escribe de historia, lo hace sólo para tratar de un tema del que es especialista: el ejército. Y así, sus opiniones historiográficas tienen muy poco de original, aunque -también debe reconocerse- los temas que trata los analiza muy inteligentemente.

Adoptando la doctrina positivista -la cual probablemente nunca estudió de una manera tan profunda como, por ejemplo, Justo Sierra-, se imagina a la sociedad como un organismo, como una estructura, y así, el estudio de la historia mexicana le servirá para conocer "qué moléculas integraron el ser que hoy nos alienta”.[ 63 ] Y, conociendo el propio origen, los avatares de la propia nación para finalmente constituirse en lo que en la actualidad es, como puede llegar a sentirse entrañablemente a la patria; del conocimiento de la historia nacional, pues, se deriva el amor a México y el deseo de trabajar por su engrandecimiento:

Al reflejarnos la historia, en su gigante espejo fiel, la perspectiva de los tiempos idos, el vértigo de lo infinito nos invade, se siente el deseo de acciones grandes, y la emoción, electrizando nuestros nervios, nubla la vista y aprieta el corazón.[ 64 ]

La utilidad de la historia, así, para él, es la de hacer al hombre consciente de su propia realidad nacional.

b) El militar

Ante todo, Bernardo Reyes debe ser considerado como un militar profesional. Pero un militar que ya no cree, como tanto creyeron los militares mexicanos de mediados de siglo, en el ejército como instrumento de poder. Bernardo Reyes está convencido de la vocación ordenadora, salvaguardadora de la paz, que debe cumplir el ejército.

Y cree que, para cumplir con tal misión, el papel del ejército debe ser el de fiel cumplidor de todas las normas establecidas y el de respetuoso cabal con todas las instituciones, las cuales está encargado de sostener. Las virtudes del ejército son, ante todo, las de lealtad, obediencia y disciplina; sin ellas, todo el valor de que disponga, todo el sacrificio de que haga gala, será inútil, pues no estará cumpliendo con su papel propio.

Así, por ejemplo, toda la valentía manifestada en tantas acciones mexicanas a través de la historia no acabó de resultar útil mientras no estuvo dirigida a la búsqueda de un ambiente de paz interna y externa; del sacrificio que iba a hacer el general Salas, que estaba dispuesto a volar el Palacio Nacional con su propia persona dentro, comenta: "¡Lástima que esa clase de energías se gastaran en motines y revueltas interiores!”[ 65 ]

Y, claro, ocupados los oficiales y jefes del ejército mexicano en la consecución de sus propios fines inmediatos, debieron olvidar su formación; y así, al sobrevenir la guerra contra los Estados Unidos de nada sirvió el esfuerzo sobrehumano de los soldados nacionales, ante la ineficacia de los cuadros dirigentes: "El grueso de las fuerzas americanas batía en detalle a las nuestras. Siempre se encontró con el valor
de nuestros soldados y jefes subalternos, siempre con la ineptitud de los superiores”.[ 66 ]

Lo cual no quita, claro, sino que quizá hace más dramático el heroísmo de tantos combatientes mexicanos en esa desafortunada guerra: tal, por ejemplo, el de los cadetes del Colegio Militar de Chapultepec, de quienes dice:

Muchos de esos adolescentes, que no jóvenes todavía, aceptaron heroicamente el sacrificio por la Patria ”.[ 67 ] A fin de cuentas, comenta de tan desgraciada contienda: "Jamás en nuestra historia viose ni se ha vuelto a ver campaña tan mal dirigida, cuyo recuerdo ignominioso quema. ¡De nada sirvió en esa guerra el valor de nuestros soldados![ 68 ]

Siempre creyente en una serie de determinadas características que deben reunir los auténticos militares, las reconoce y aplaude dondequiera que aparecen éstas, así sea en el ejército conservador, a pesar de su absoluto desacuerdo con los principios de éste. Militar ante todo, no puede menos de alabar en tal ejército las virtudes de disciplina e intrepidez que debían ser las propias de todo cuerpo armado mexicano. De este modo, se expresa con admiración de Miguel Miramón: "Ese valiente general, obstinado en defender una causa cuyos errores conocía, merece, sin embargo, ser saludado en la hora suprema de la desgracia por su intrepidez, por su indiscutible mérito militar”.[ 69 ]

Poco a poco, en el proceso que narra, va mostrando Reyes cómo el ejército nacional fue adquiriendo las virtudes que le faltaban. Ya para la guerra contra la Intervención Francesa y el Imperio, se dieron muestras de los adelantos en este sentido; una de ellas fue el sitio de Puebla de 1863, en el cual, a pesar de la derrota final, inevitable ante la superioridad del enemigo, "durante sesenta y dos días se ilustró nuestra historia militar con páginas gloriosas”.[ 70 ]

Para el momento en el que él escribe y en el cual, por cierto, acaba de asumir la Secretaría de Guerra, es mucho lo que ya se ha logrado en cuanto al mejoramiento de las fuerzas armadas del país, aunque aún falte más por hacerse. Lo importante, cree, es que el régimen de Porfirio Díaz, con su obra de pacificación, ha creado el ambiente necesario para la reforma. Y comenta, un poco señalando sus planes para el ministerio que ocupa, en un asunto tan fundamental como el de la implantación de un servicio militar obligatorio:

Se piensa hacer reformas graduadas en el particular, las cuales no se han emprendido porque apenas hace cuatro lustros que la paz se ha conquistado en el país, bajo la presidencia del general don Porfirio Díaz, pero en el año de 1898 se determinó por ley que el servicio militar debe considerarse obligatorio, y esto se reputa como un paso en la evolución que ha de verificarse en asunto tan importante.[ 71 ]

Y termina su trabajo reconociendo que, a pesar de lo nefasto que haya podido resultar alguna vez para el progreso normal del país, el ejército mexicano tiene muchas cualidades:

Por lo demás, apenas habrá en el mundo tropas organizadas que igualen a las mexicanas en sobriedad y resistencia para las grandes fatigas: sus jinetes tienen sobresalientes aptitudes, y todos los hombres que forman nuestras tropas poseen el valor de las razas de que se originan: valor que obra maravillas cuando es afirmado por la disciplina y la instrucción, que en la actualidad se procuran con empeño.[ 72 ]

Así pues, a lo largo de todo su escrito, Reyes se refiere repetidas veces a lo que él considera que debe ser el ejército: una institución, sin intereses propios, dedicada única y exclusivamente al bien de la nación, o sea, a salvaguardar su orden interno, a mirar por el respeto a las instituciones establecidas por la Constitución y a defender la integridad territorial de las acechanzas extranjeras. Naturalmente, ha de procurarse mantener al ejército según los últimos avances de la técnica, la estrategia y la ciencia militar, pero nunca debe olvidarse que, por encima de estas informaciones, siempre estarán las tendientes a hacer del soldado un hombre leal a las instituciones republicanas. Al fin de su artículo, Bernardo Reyes manifiesta que, para el momento en que escribe, ya se ha conseguido -o está a punto de conseguirse- la formación de tropas ajenas a los disturbios políticos y sólo dedicadas al mantenimiento del orden establecido: "en la actualidad nuestro ejército ha llegado a ser, como a sus deberes cumple, el guardián de las instituciones y de la autonomía de la República”.[ 73 ]

c) Su visión de la historia de México

A lo largo de su trabajo, Bernardo Reyes da una visión de la historia patria. En realidad, como ya se dijo, lo que hace no es otra cosa, precisamente, que presentar una interpretación de la evolución histórica del país, haciendo especial hincapié en el lugar que, dentro de ésta, le ha tocado desempeñar al ejército.

Y su forma de entender la historia de México corresponde muy bien con la de la propia época, con aquella que hemos visto, y es la típica de México: su evolución social, que tan bien representa Justo Sierra.

La historia de México, para Bernardo Reyes, es una evolución en la cual, a través del desarrollo de las ideas progresistas, fue siendo superada, poco a poco, la anarquía; proceso éste que, arrancando del momento de la independencia, en el que realmente nació México -con raíces muy antiguas, claro, la indígena y la española-, culmina con la acción pacificadora, ordenadora y progresista de Porfirio Díaz.

Empieza Reyes hablando de los aztecas, único pueblo prehistórico al que presta atención. En su concepto, este pueblo de los aztecas fue, primordialmente, guerrero, puesto que hacía del combatir el centro mismo de su existencia. Y no cree que, a pesar de lo que se diga, hayan alcanzado tales hombres un gran adelanto en la civilización, especialmente por su error de no haber querido mezclarse con los pueblos dominados por ellos. Pero reconoce que, de algún modo, es de los aztecas de donde, en su más remoto origen, arranca la nacionalidad mexicana, en especial el ejército mexicano, que es a lo que presta mayor atención, como objeto central de su trabajo:

Sea como fuere [resume el lugar de los aztecas en nuestro desarrollo histórico], Anáhuac, en reducida proporción, fue un reino a semejanza del Imperio romano, guerrero, altivo, dominador. Y origen, aunque remoto, de nuestro ejército, fueron aquellas huestes mexicas que, uniéndose con sus aliados, llegaron, al ir finalizando el siglo XV, a tener un efectivo de veinticuatro mil hombres en armas, que formaban un cuerpo expedicionario.[ 74 ]

La conquista para Reyes fue un acto trascendental para la unión de las dos razas que, en su origen, conforman la nacionalidad mexicana: ella se dio a través de hechos de heroísmo consumados por ambos bandos combatientes. Y si de un lado militaba Cuauhtémoc, "aquel héroe”, del otro lo hacía Hernán Cortés, "el gran capitán”.[ 75 ] Ya establecida la Colonia, empieza a formarse lo que en realidad ha de ser la nación mexicana, cuyo núcleo inicial se formó a partir de los mestizos, "hombres ardorosos, ágiles, sobrios, excelentísimos jinetes, pues que superaban con mucho en la equitación a los conquistadores, sus maestros”.[ 76 ]

Integrado, en forma larvaria, un sentimiento de nacionalidad en los nacidos en la tierra novohispana, estalló por fin una guerra por separarse políticamente de la metrópoli, ésta fue en opinión de Reyes, una "pavorosa, repugnante, sangrienta lucha”,[ 77 ] "de todos modos necesaria para abrir paso a una nueva patria en formación. La consumación de la independencia, preparada por once años de cruda contienda, se presentó por fin como la apertura a una absolutamente nueva manera de ser:

no en vano millares de mexicanos habían muerto en la lucha contra las tropas realistas: la santa causa preparada por aquella epopeya de heroicidades y de martirios, estaba para triunfar: vivía en las conciencias, y era amada por los espíritus de todos los que el nombre de mexicanos merecían.

¡Por qué intrincados caminos había de llegarse al fin tan batallosamente perseguido![ 78 ]

Y se inició la vida independiente de una nueva nación: México. Pero ella iba a ser muy difícil, puesto que había gran variedad de elementos que querían, cada uno, alzarse con el triunfo. Harían falta muchos años para la final integración de todos esos elementos en un destino común. Mientras tanto, por sesenta años, iba a enseñorearse la anarquía en este país, en el cual cada quien, por su lado, quería ser amo absoluto y dominar a los demás. Reyes resume muy bien cuáles eran, hacia los primeros años después de consumada la independencia, los intereses que se agitaban en la nueva patria:

México, en 1821, había concluido la obra de su emancipación; pero ¡qué componentes tan heterogéneos formaban la nacionalidad!, ¡cómo iba a tener que resentirse la marcha de un pueblo que, sin contar con un elemento dominador o prestigioso que pudiera encauzarlo en una senda dada, iba a sentir el embate de diversas posiciones que, con fuerzas semejantes al chocar entre sí unas con otras, pretendiendo superar, habrían de ocasionar una anarquía tan desoladora que llegara alguna vez hasta perder la esperanza de la salvación nacional!

Efectivamente, tres grandes congregados constituían al pueblo mexicano en los momentos de su independencia: los españoles engreídos con el antiguo régimen; los criollos y mestizos, ufanos de su emancipación e inexpertos en la dirección de la cosa pública, y los indígenas, humillados por la servidumbre. "Existía el asomo de un partido republicano [...], y el partido monarquista [...]. Por último, surgían los intereses de la clase militar y eclesiástica”.[ 79 ]

Así empezó a vivir México. En plena anarquía, entre todos estos intereses que pugnaban por su triunfo, por obtener ventajas particulares. Y anarquía es la palabra clave que tiene en sus labios Bernardo Reyes para explicar la situación mexicana hasta antes de la guerra de Reforma. Lo que se necesitaba era orden, que viniera a conciliar los intereses, bajo una suprema bandera de progreso. Y a tal anarquía fue que se debió, ante todo, la desastrosa derrota frente a la invasión norteamericana de 1846-1847.

Por fin surgió el plan de Ayutla, tras el cual se alzó el país para desterrar de su seno la tiranía de clero y ejército como clases privilegiadas, precisamente aquellas que, con la mira de hacer respetar sus reaccionarios privilegios, impedían a la nación encontrar las rutas del progreso y de la paz:

El movimiento [iniciado en Ayutla, por Juan Álvarez y los liberales] se generalizaba; no fue guerra de motines de cuartel: era nación que se levantaba al fin; era la revolución contra la tiranía hecha por el pueblo y con sus hombres sostenida.[ 80 ]

La historia de México, para Reyes, en los trece años siguientes, de 1854 a 1867, no fue entonces sino la lucha a muerte entre los que querían defender privilegios fomentadores de división y los que pretendían instaurar en el país una igualdad promotora de la unión. La guerra, entonces, fue a muerte, y de ella surgió triunfante, como resultaba inevitable, el partido sostenedor del progreso y de las ideas liberales, acaudillado por aquel grande presidente, Benito Juárez, que al expedir en Veracruz durante 1859 las Leyes de Reforma, "fulminó, en el Sinaí de nuestra revolución, los rayos que destrozaron el retroceso”.[ 81 ]

La intervención extranjera de 1862, y su consecuencia el Imperio de Maximiliano, no fue sino el último desesperado intento de las reacciones por detener el avance de las nuevas ideas sostenidas en la Constitución de 1857: ante la nueva amenaza "México, débil desgarrado por sus luchas, con el corazón mordido por la traición, se preparaba a una brega formidable, estrechado por el imperioso mandato de una exigencia tremenda”.[ 82 ]

Pero a fin de cuentas, y después de que en algún momento incluso algunos liberales bien intencionados creyeron de buena fe en la inutilidad de seguir defendiendo la República, ésta sorprendió al mundo alzándose con el triunfo. En 1867, con la victoria republicana, se iniciaba por fin la entrada del país por la senda del progreso. La causa radical de las discordias, la pugna entre los privilegios y las nuevas fuerzas populares en auge, había desaparecido. Comenta Bernardo Reyes, seguro de que fue entonces cuando en definitiva quedó asegurada la entrada de México a una nueva etapa diametralmente distinta a aquella por la que acababa de pasar:

En el mismo partido liberal han surgido después cuestiones en que ha habido necesidad de recurrir a las armas para dirimirlas; pero las instituciones se han conservado incólumes, y el país, regido por ellas, comenzó su trascendental obra de progreso.[ 83 ]

Estas "cuestiones por dirimir” a las que se refiere, consistían, para Reyes, fundamentalmente en una pugna entre dos modos liberales de ver las cosas, entre dos maneras de consumar la acción de modernizar al país: la más radical de los veteranos y la más conciliadora de los jóvenes, encabezados éstos por Porfirio Díaz, "glorioso” general, el más alto caudillo de toda la guerra contra el Imperio, según la opinión de nuestro autor. Con la subida al poder de este hombre, fue que por fin, y ya de una manera definitiva, hizo su entrada México, fácticamente, a la senda del progreso, tantas veces vislumbrada y tantas veces postergada. Ante la obra de Díaz, Reyes -flamante secretario de Guerra del soldado oaxaqueño- no repara en elogios:

Asombrosa fue la gestión administrativa del general Díaz, en la que realizó hechos dignos de remembranzas, siendo uno de ellos el haber abatido para siempre el monstruo de la anarquía, que había vivido por espacio de sesenta años sorbiendo la sangre, y con ella las fuerzas vitales de la patria desgarrada.[ 84 ]

Y, al igual que los demás redactores de México: su evolución social, concluye Reyes con optimismo su colaboración, cierto de que, a pesar de las dificultades que aún le esperan a México para alcanzar los frutos de la civilización moderna, ésta empieza a vislumbrarse en el país.

La historia mexicana ha sido muy difícil y así la reconoce don Bernardo al recordar que:

De la mezcla de conquistadores y cautivos, nace una nueva y ardorosa gente, que arroja al fin a los advenedizos, que, siempre engreídos, conservar quisieron el dominio, o cansándolos, venciéndolos en cruenta, prolongada guerra, y entonces se forma una nacionalidad heterogénea, la nacionalidad mexicana, de distintos orígenes y aspiraciones, de ilustración diversa: y luego esa nación es campo de anarquía: conmueven por sesenta años su tierra, la pelea y la lucha contra propios y extraños. ¡Cuánta sangre y qué vitalidad para soportar las terribles constantes hecatombes![ 85 ]

Pero, tras todo ello, lo que para la fecha en que escribe siente Reyes es que la patria tiene a la vista una nueva época de magníficas posibilidades: "al fin, tras tanto padecer, tras brega tanta, se alza nuestra República gloriosa: se yergue al cielo, por nuestro ejército sostenida, la nacional bandera mexicana”.[ 86 ]

d) Conclusión: El ejército nacional y la historia patria

Pasamos ahora a la última parte de este trabajo, en la cual nos habremos de referir a cuál ha sido, para el autor que se analiza, el lugar del ejército en la historia de México. En realidad, ya lo hemos expresado a lo largo del trabajo: para Bernardo Reyes, el ejército mexicano, a lo largo de toda su historia, traicionó sus fundamentales funciones de sostén del orden y de la legalidad, garantizador de la paz requerida para el progreso, y funcionó como un mero instrumento de poder sin ninguna devoción por el bien general del país.

El ejército, para Reyes, debió haber sido el factor aglutinante de todos aquellos elementos que, a raíz de la independencia, se disputaron el dominio del país, pero, en vez de ser tal cosa, se convirtió en uno más de aquellos elementos, y precisamente, en uno de los más nefastos, toda vez que disponía de las armas para imponer su voluntad. Así, el ejército fue magnífico instrumento para que ambiciosos y aprovechados alcanzaran recompensas por sus traiciones personales y sus motines, por ejemplo, comenta Reyes que:

Después de una revuelta como la que llevó a Guerrero a la presidencia, cada sargento que volvió el fusil contra su bandera, cada oficial que faltó a su deber, cada jefe que manchó su nombre y el del ejército del que formara parte, se creía merecedor de grandes recompensas, y ni las arcas nacionales ni las vacantes de que se disponía, podían llenar las desapoderadas ambiciones de tantos. Zumbaron bien pronto las nubes de los descontentos.[ 87 ]

Por aquella época, anota don Bernardo, "la defección había llegado a ser la consigna del ejército”.[ 88 ]

Y quien mejor supo aprovecharse de esta forma pervertida del ejército, es decir, el máximo representante de estos soldados oportunistas, sin conciencia clara de nacionalidad, fue el general Antonio López de Santa Anna, de quien apunta Reyes, por ejemplo, que al asumir la presidencia en 1841 "tuvo un empeño decidido por sostener del mejor modo posible al ejército, visto que era el más eficaz elemento para imponerse”.[ 89 ]

El aprovechar las tropas para servir intereses puramente personales, olvidando los nacionales, fue en mucho, según nuestro autor, causa de la derrota frente a los Estados Unidos en 1847. Por ejemplo, cree que, de no haber el general Paredes y Arrillaga utilizado a sus hombres para hacerse con el poder, proclamando el Plan de San Luis, el resultado de la contienda pudo haber variado mucho:

Con las numerosas tropas con que Paredes hizo su revolución para elevarse, hubieran cambiado los destinos de la guerra; otra habría sido la marcha que le hubiera dado si tales fuerzas hubiesen situado, como estaba prevenido, la mitad de su efectivo a las márgenes del Bravo y el resto a retaguardia.[ 90 ]

El triunfo de la causa de la Reforma en diciembre de 1860 significó la derrota del antiguo ejército, dispuesto siempre a la defensa de sus privilegios o a la conquista de prebendas particulares, de:

aquel ejército de fatal memoria, engreído con sus fueros, dispuesto al motín, manchado por la defección, aquel ejército proveniente de la época virreinal, que siguiendo con las enseñanzas técnicas españolas, fue imperial con Iturbide, pretoriano con Santa Anna, descontentadizo con Arista, que reformó un tanto sus instituciones y sus reglamentos; luchador con Miramón, cuando ya tuvo frente a sí los soldados del pueblo.[ 91 ]

Y el primer surgimiento de un nuevo ejército, popular, nacido de entre la entraña misma de la nacionalidad mexicana, el cual, según Reyes, "procedía de las masas de los insurgentes”.[ 92 ] La intervención extranjera que sobrevino poco después no fue sino el desesperado intento del ejército en retirada, unido a otros elementos reaccionarios también en decadencia, por detener su derrumbe final; pero ante la incontenible avanzada popular, sus esfuerzos, por aguerridos y heroicos que fuesen, estaban de antemano condenados al fracaso. El indudable caudillo del nuevo ejército, formado por la masa del pueblo, resultó indudablemente el general Porfirio Díaz.

Con la victoria republicana de 1867, los últimos restos del viejo ejército, soberbiamente dirigidos por los generales Miramón, Márquez y Mejía, quedaron para siempre deshechos. La labor a emprender por los triunfadores era la de impedir el resurgimiento en los soldados de cualquier intento de predominio de grupo: habría de educárseles conforme a los principios liberales que iban a imponerse en toda la nación:

Al restablecimiento de la República se reformó el ejército, de conformidad con disposiciones que se dieron al efecto. Aquel ejército quedó depurado de los vicios del antiguo, que terminó en los combates, o cayó prisionero como hemos visto: revistió un carácter nacional, y no fue más aquella podrida clase privilegiada, que a semejanza de una guardia pretoriana, con sus motines sangrientos, verificó tantos cambios de gobierno. En efecto, en septiembre de 1867, en la época del gobierno de Juárez, se regularizó el ejército actual, que han venido modificando los presidentes general Díaz y general González.[ 93 ]

Finalmente, pues, México conocía un periodo de paz duradera, augurador de una etapa de prosperidad nacional en todos los campos. Y el artífice de tamaña hazaña, bien que preparada con el triunfo de la República obra de Benito Juárez, era el gobierno de Porfirio Díaz. El progreso material logrado en sólo veinte años de trabajo resultaba evidente: por ejemplo, apuntaba, por citar una de las muchas realizaciones concretas del Porfiriato: "Más de doce mil kilómetros de vía férrea, y más de cincuenta mil de alambre telegráfico extendidos en el país en los últimos años, facilitaron la comunicación”.[ 94 ]

Referidos al objeto específico del trabajo de Bernardo Reyes, los adelantos alcanzados son, en su opinión, también francamente notables. El ejército en funciones ya es otro diferente del tradicional que, durante tanto tiempo, había sido árbitro del poder, usurpador de privilegios e ineficaz instrumento de defensa nacional. Después de resumir cuál es la organización y los efectivos de las fuerzas armadas militares con que se cuenta hacia 1900, Reyes concluye con un cálculo del total de hombres de que podría disponer la patria en caso de conflicto internacional:

En pie de guerra, el personal del ejército permanente se aumenta en un treinta y tres por ciento en la artillería e infantería, y en un veinticinco por ciento en la caballería. A cada una de esas baterías de los batallones de artillería se le aumentan dos cañones. Así es que, en tales condiciones, el ejército mexicano tiene: 34 000 soldados del ejército permanente, con 150 cañones y 32 ametralladoras; 26 000 hombres de la primera reserva, y 100 mil de la segunda, con la artillería que se les destine: pues existiendo bocas de fuego excedentes, se pondrán de ellas en servicio las que se juzguen necesarias.[ 95 ]

En fin, comenta el general Reyes, porfirista de corazón, creyente en la misión del ejército de salvaguardar ese orden establecido que está procurándole a México, efectivamente, ese progreso por tanto tiempo buscado y tan arduamente conquistado:

La paz que en México ha asegurado el general Díaz, gobernante ilustre que hoy rige sus destinos, es una promesa de lo que falta por hacer para perfeccionar nuestras instituciones militares, para engrandecer nuestra armada, tendrá que efectuarse.[ 96 ]

[ 61 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 347.

[ 62 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 348.

[ 63 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 348.

[ 64 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 416.

[ 65 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 367.

[ 66 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 373.

[ 67 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 374.

[ 68 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 376.

[ 69 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 384. Ahora que ¿de dónde sacaría Reyes que Miramón "conocía los errores” del partido conservador? ¿Así, pues, Miramón estaba combatiendo por una causa en la que ni él mismo creía?

[ 70 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 391.

[ 71 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 414. Debe recordarse que uno de los principales logros de Bernardo Reyes mientras se halló como secretario de Guerra fue, precisamente, la formación de la segunda reserva, como un cuerpo de voluntarios civiles, suficientemente entrenados, para integrarse al ejército en caso de guerra.

[ 72 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 415.

[ 73 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 415.

[ 74 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 350.

[ 75 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 354.

[ 76 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 354

[ 77 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 356.

[ 78 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 359.

[ 79 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 360.

[ 80 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 379.

[ 81 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 382.

[ 82 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 386.

[ 83 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 407.

[ 84 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 411.

[ 85 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 415.

[ 86 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 416.

[ 87 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 363.

[ 88 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 364.

[ 89 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 366.

[ 90 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 368.

[ 91 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 385.

[ 92 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 385.

[ 93 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 411 y 412.

[ 94 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 411.

[ 95 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 414.

[ 96 ] Bernardo Reyes, "Cuarta parte. El ejército nacional”, en Justo Sierra, director, México: su evolución social. Síntesis de la historia política, de la organización administrativa y militar y del estado económico de la Federación Mexicana: de su adelantamiento en el orden intelectual; de su estructura territorial y del desarrollo de su población, y de los medios de comunicación nacionales e internacionales; de sus conquistas en el campo industrial, agrícola, minero, mercantil, etc., etc. Inventario monumental que resume en trabajos magistrales los grandes progresos de la nación en el siglo XIX, 2 t. en 3 v., México, J. Ballescá y Compañía, Sucesor, Editor, 1900-1901, ils., grabs., mapas, retrs., láms., t. I, v. I, p. 415.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 9, 1983, p. 35-95.

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