Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

 

Carlos Martínez Assad, El laboratorio de la Revolución
(El Tabasco garridista), México, Siglo XXI Editores, 1979, 309 p.

Georgette José Valenzuela


Es notorio que uno de los aspectos en que el análisis de la historia del país necesita de un gran énfasis es aquel que se refiere a los estudios de caso, regionales o locales; el abordarlos como particularidades da como resultado una más amplia y mayor comprensión de la totalidad histórica como proceso. Los estudios regionales se vuelven así de gran importancia cuando se logra presentar un análisis en el que confluye la situación económica, política y social del proceso analizado.

El laboratorio de la Revolución, calificativo dado a Tabasco por Cárdenas durante su visita a la entidad como candidato presidencial, constituye un buen ejemplo de esa preocupación que arriba anotamos. Martínez Assad reconstruye lo que fue el Tabasco garridista dentro de una etapa que abarca de 1922 a 1935, años bajo los cuales el predominio garridista experimentó su nacimiento, auge y caída.

Partiendo de esto, el autor expone lo que fueron las premisas económicas, políticas y sociales del proyecto garridista: la educación racionalista, el anticlericalismo, la modernización del aparato productivo con fines claramente capitalistas y el antialcoholismo. Para Martínez Assad este programa no sólo trató de llevarse a cabo en la "ínsula" garridista, sino también a nivel nacional; sin embargo, y a pesar de lo asentado por el autor, sólo el rubro de la educación nacional será el que logre trasponer las barreras tabasqueñas. Aunque Martínez Assad señala que, debido a la gran ambigüedad del proyecto garridista y sus ideólogos, resulta difícil la interpretación de éste.

Por otra parte, y no obstante que en 1928 Plutarco Elías Calles declaró que la etapa caudillesca había terminado, es evidente que la existencia de particularidades a nivel local, como es el caso de Garrido Canabal y Saturnino Cedillo, se encontraba enmarcada en el proceso general de unificación, centralización e institucionalización del poder a nivel nacional.

Para el autor, sin presentar claramente la razón, fue la rebelión delahuertista la que propició el establecimiento del garridismo; y su caída, asienta cabalmente Martínez Assad, se debió a la creación del Partido Nacional Revolucionario en vista de que el garridismo representó una barrera para la consolidación institucional de México, ya que al irse estabilizando políticamente el sistema, los caciquismos locales tendieron, obviamente, a desaparecer.

El fenómeno garridista no se dio de una manera homogénea o como una unidad compacta; hubo elementos antigarridistas, carentes de bases sociales, que no lograron articular un programa coherente de lucha y cayeron en la crítica banal, superficial y apolítica, sin lograr presentar jamás una alternativa al proyecto de Garrido Canabal, según asienta Martínez Assad. Cuando sobrevino el derrumbamiento garridista estos elementos sólo sirvieron como instrumentos del centro y después fueron marginados del proceso.

La vinculación del garridismo con la centralización política, a pesar de su grado de autonomía frente a éste, es abiertamente palpable cuando cae el líder, la cual estuvo determinada por un suceso acaecido en la capital de la república (la acción sangrienta de los Camisas Rojas en Coyoacán), y no dentro del mismo Tabasco. Para el autor esto sólo constituye un factor de otro más amplio que marcó el cierre de una etapa de la historia del país: la ruptura Calles-Cárdenas. Con la desaparición política de Garrido se inició la "mexicanización" de Tabasco.

Habremos de anotar que la lectura de esta obra resulta por demás interesante por lo anteriormente señalado. Sin embargo, debido a que hay un vacío de conclusiones generales, el lector se queda con una serie de "cosas en el aire". El autor no vierte una interpretación general del proceso y sólo concluye con un epílogo. Existe una narración detallada de lo sucedido pero no una completa explicación de los procesos; esto ocasiona que la lectura resulte pesada por el análisis que repetidamente hace el autor del proyecto garridista, y que a veces lleva a la relectura de algunos párrafos.

También hay que anotar que El laboratorio de la Revolución no gira alrededor del personaje Garrido Canabal, sino de todos aquellos que de una u otra manera conformaron este fenómeno, es decir, que no solamente es importante el actor individual sino también los actores colectivos; sin embargo, no queda lo suficientemente explicada la forma en cómo la cúpula garridista se fue vinculando a las bases sociales.

Por último, en lo que respecta a la bibliografía, es sumamente meritorio el rescate de información, sobre todo francesa, que llevó a cabo Martínez Assad, y que da como resultado que el libro contenga una detallada documentación sobre este asunto.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 9, 1983, p. 348-350.

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