Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

 

Martha Rodríguez García et al., Emiliano Zapata y el movimiento zapatista,
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1980, 381 p. (SEP-INAH).

Álvaro Matute


El Instituto de Antropología e Historia, a través de su Centro Regional Morelos-Guerrero, cuyo director es el arqueólogo Emilio J. Bejarano, decidió celebrar de una manera digna el centenario de Emiliano Zapata al convocar a un concurso de ensayo acerca del caudillo y su movimiento. Ciertamente refrendo el adjetivo "digna" y no coloco en su lugar la palabra "arriesgada" por los resultados, que no por las expectativas. Efectivamente, los resultados fueron buenos, particularmente en lo que se refiere a los tres primeros lugares y, en buena parte, por lo que toca al trabajo que obtuvo el quinto. El concurso en cuestión se celebró en 1979 y tuve el honor de ser miembro del jurado, por lo cual expreso mi satisfacción al ver los trabajos publicados en el libro que reseño.

Los trabajos recogidos en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista son: "Genovevo de la O y el movimiento zapatista en el occidente de Morelos y sur del Estado de México", por Martha Rodríguez García; "Peones y campesinos zapatistas", por Aquiles Chihu; "Algunos cuadres históricos sobre Emiliano Zapata y el zapatismo (1911-1940)", por María Eugenia Arias Gómez; "El papel de Emiliano Zapata en el movimiento zapatista y la Revolución Mexicana; una interpretación marxista", por Juan de Dios Vargas Sánchez y, finalmente, "El general Emiliano Zapata y el movimiento zapatista en el estado de Guerrero", por Guillermo Martínez Martínez.

La pugna entre los adjetivos "digna" y "riesgosa" pudo dirimirse por la calidad, insisto, de los tres trabajos mencionados en primer término y ello se debe a que todos ellos se originaron en medios académicos, como tesis para optar por licenciaturas en historia y etnografía, en el caso de Martha Rodríguez en la Universidad Iberoamericana, en el de Aquiles Chihu en el INAH y el de María Eugenia Arias en la UNAM.

Este hecho es fundamental porque revela dos cosas: la juventud de sus autores y el respaldo institucional. Esto es importante porque las tesis fueron sometidas al examen de un jurado y, por lo que respecta a las dos de historia, obtuvieron mención honorífica, lo que quiere decir que cumplen cabalmente con los requisitos bibliográficos, documentales y analíticos que son menester para el caso. La juventud de los autores es de tomarse en consideración porque no están en edad proclive a la demagogia, a la mistificación, en suma, al bronce histórico. De no haber mediado esta circunstancia, el concurso hubiera podido incurrir en el riesgo y no hubiera tenido más trascendencia que la conmemorativa. Afortunadamente el volumen que recoge los ensayos está en circulación y atestigua la permanencia de los esfuerzos invertidos en él.

Un breve comentario acerca de cada trabajo me lleva a evocar la tesis y el texto de Martha Rodríguez -el ensayo es un derivado de aquélla- como un trabajo muy riguroso, bien estructurado y firme tanto en su documentación como en su explicación. Por lo que respecta a lo primero, la joven autora se empeñó en llegar al fondo de las cosas y, con la ayuda de una beca Salvador Novo, se dirigió a Santa María Ahuacatlán, Morelos, donde obtuvo el archivo del general de curioso apellido, que hoy en día es consultable en la propia UIA. Una madurez precoz, si cabe, aparece en la consideración de las distintas facetas de Genovevo de la O, guerrillero indomable, que al final de la lucha representa a su contrario. El valor del texto es amplio: da a conocer la biografía de un líder extraído del estrato medio de una sociedad rural y la función que ese liderazgo ejerció entre los campesinos que formaron esa parte del zapatismo. Asimismo, profundiza y matiza aspectos poco frecuentados en las historias más generales del movimiento del sur. En este sentido, la deuda de la autora con el texto señero de John Womack Jr. es grande, dados los derroteros que marcó Zapata y la Revolución Mexicana a los investigadores de ese movimiento.

El trabajo de Aquiles Chihu es indudablemente el más novedoso de los recogidos en el volumen. Se trata de una excelente reconstrucción de imágenes históricas de un grupo de zapatistas, con base en testimonios orales. Por una parte, dichos testimonios se refieren a Zapata mismo y, por otra, a algunos sobrevivientes zapatistas que informaron al autor acerca de sus experiencias. Con base en tal reconstrucción y con los apoyos bibliográficos necesarios, Chihu construyó un epílogo en el cual analiza las condiciones de trabajo de los que se convertirían en zapatistas, dentro del marco de producción azucarera de la zona morelense. El trabajo es excelente.

María Eugenia Arias llevó a cabo un análisis de testimonios, juicios e historiografía en torno a Zapata, de 1911 a 1940. Sin que llegue a ser explícito por parte de la autora, su texto es una base muy sólida para lo que puede llegar a ser una semiología de la imagen histórica. Los predicados distintos y contradictorios, emitidos en torno a un sujeto común, Zapata, fueron puestos bajo la lente de María Eugenia Arias con un rigor poco frecuente. El resultado es halagüeño en la medida en que se cuenta con elementos que permiten establecer una clara diferencia entre un Zapata auténtico, despojado de pedestales y denuestos, y un Zapata fuertemente adulterado por amigos excesivos y enemigos. Este tipo de trabajo es promisorio y necesario para poder hablar de autenticidad histórica.

Los trabajos que merecieron el cuarto y quinto lugares no alcanzan los niveles de excelencia propios para la ocasión. El análisis marxista, aun cuando tiene planteamientos de mucho interés, carece de una base bibliográfica y documental sólida que permita convalidar juicios. Leído a la luz de Pierre Vilar deja mucho que desear, pese al ripio de esta frase. El ensayo de Martínez sobre el movimiento zapatista en Guerrero hubiera puesto en duda al jurado sobre la posibilidad de otorgarle el primer lugar en el caso de haber sostenido a lo largo de todo el texto el nivel que lo inicia. Desgraciadamente se advierte de manera clara una precipitación muy grande para llegar al final. No obstante, su planteamiento hace deseable una reelaboración.

La iniciativa del Centro Regional Morelos-Guerrero del INAH tuvo excelente respuesta. Es por ello lamentable que los talleres de impresión del INAH hayan perpetrado una edición en la que las erratas abundan a diestra y siniestra y el diseño tipográfico resulte corriente y contrastante con el buen papel sobre el que está impresa.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 9, 1983, p. 351-353.

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