Miguel Osorio Marbán, El partido de la Revolución Mexicana, 2 v.,
México [Impresora del Centro], 1970.
Álvaro Matute
Un miembro del Partido Revolucionario Institucional, el licenciado Miguel Osorio Marbán, ha emprendido la tarea de historiar la vida de su institución con resultados discutibles. No se trata de una de esas historias fáciles, cuyo objeto es el de difundir ante un público lector medio una imagen encomiástica del PRI, a través de su historia; el propósito es mayor y de ahí que llegue a ser este libro una de las obras más importantes que se hayan preparado acerca del objeto particular. El argumento para afirmar esto último es, fundamentalmente, cuantitativo y lo avalan las 1 310 páginas que forman los dos volúmenes. En el aspecto cualitativo la obra desciende en interés y, en ese sentido, son preferibles trabajos como la primera edición de Vicente Fuentes Díaz (Los partidos políticos en México, 2 v., 1956), la tesis doctoral de Frank Brandemburg y el penetrante y breve ensayo de Berta Lerner Sigal en México: realidad política de sus partidos (1970).
La obra de Osorio Marbán, como él mismo lo afirma, "adolece de la técnica seguida por los tratadistas y los científicos". Bueno es que lo reconozca, porque se trata de una adolescencia muy grande. En rigor, a lo largo de las 1 310 páginas nos encontramos con un hilván de 107 documentos, engarzados por el autor con un mínimo de participación suya. Un ejemplo de esto es la secuencia relativa a los comentarios en torno a la Revolución Mexicana, expresados por Luis Cabrera el 20 de noviembre de 1930 en la conferencia que le costó un viaje a Guatemala con boleto de ida únicamente. Se transcribe la parte política del Balance de la Revolución y, en seguida, la réplica que mereció por parte de Lázaro Cárdenas, Manlio Fabio Altamirano y Pascual Ortiz Rubio. Osorio Marbán deja a un lado toda posibilidad de glosa y deja al lector hacer la suya propia. Por otra parte, por regla general no aparecen citadas las fuentes que utiliza, pero resulta fácil señalar que provienen de la serie publicada en las páginas centrales de la revista Política. La publicación incompleta del primer Plan Sexenal así lo indica.
A pesar de esa falla, la obra es importante. El lector cuenta con los 107 documentos mencionados, correspondiendo un 60.74% al PNR, un 19.62 al PRM y otro tanto al PRI. La proporción de páginas dedicadas a historiar cada una de las denominaciones del partido es, más o menos, semejante. La lectura de esos documentos, básicamente discursos, estatutos y programas, puede llevar al investigador a establecer su procedencia y a conocerlos en forma íntegra, además de buscar otros que se desprendan de los allí reunidos. Esta primera etapa de una posible investigación puede hacerse, gracias a Osorio Marbán, sin necesidad de ir a la hemeroteca y a otros lugares.
Cuando el autor interviene, no lo hace con un espíritu de rigor hermenéutico. Sobran los adjetivos, por ejemplo en el caso del movimiento vasconcelista. Los líderes más connotados le merecen opiniones más acordes con la trayectoria posterior de cada persona, que con su situación en el momento. De manera que, a ratos, es una historia expositiva y a ratos, un trabajo comprometido. Podría hablarse también de "graciosas huidas" como en lo tocante a la "Encuesta Pani". Este importante documento político -o reunión de opiniones disidentes respecto al PRI - es liquidado en poco más de una página, con opiniones y sin hacerle frente al contenido preciso del documento.
Al revisar la bibliografía, ésta aparece desproporcionada. No hay jerarquización de libros y folletos, por lo cual resultan demasiadas las referencias a discursos y otros escritos del propio autor. En ocasiones da la obvia apariencia de que se trata de una bibliografía "inflada", cuando se citan obras como la Colección de documentos inéditos para la historia de México, compuesta por don Joaquín García Icazbalceta y que acaso el autor no recordó que se trata de la Historia de los indios de Nueva España, acompañada de una serie importantísima de documentos ¡del siglo XVI! Más lógico es que cite las obras del doctor Mora, referentes al siglo XIX, para dar apariencia de solidez al hacer algún comentario en torno al problema Iglesia-Estado, aun cuando el libro, rigurosamente, cubre un periodo que va de 1929 a 1969, excepción hecha de las primeras 24 páginas dedicadas a recorrer la situación política general de México en el siglo XX, particularmente sobre los partidos nacionales y regionales de la época de Obregón y Calles.
En suma, la historia del partido de la Revolución Mexicana, de Osorio Marbán, ofrece una grande utilidad por haber reunido el material señalado. La opinión que aparece al final del segundo volumen es importante asimismo, por tratarse de la visión de un miembro del PRI en torno a los problemas generales que enfrenta su partido en el momento de haber escrito la obra.
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Ernesto de la Torre Villar (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 4, 1972, p. 212-213.
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